El Terror. Un género que abunda en la literatura y en el cine; y que por algún peculiar motivo atrae a la vez que genera incomodidad. Y es que el miedo no deja de ser una emoción que fisiológicamente a nivel cerebral genera una cascada de neurotransmisores que no dista mucho de los que también están presentes en las experiencias de riesgo y los que están detrás de la sensación de satisfacción. En el fondo, el miedo nos gusta; y saber que en realidad no va a pasarnos nada, nos alivia en sobremanera. Es curioso, pero sufrir también nos proporciona placer.
El Rol no es una excepción y también tiene su parcela en la temática del terror. No hay más que echar la vista atrás y rememorar los relatos de fantasmas, la literatura gótica del s.XIX o los cuentos para no dormir que han "torturado" a los más tiernos infantes antes de acostarse, narrados a la luz de un fanal o una linterna. Crecemos con el terror, forma parte de nuestro subconsciente; los miedos (a veces irracionales) forman parte de nuestra psique y enfrentarnos a esos temores puede ser una experiencia que se mueve en la fina línea que separa el sufrimiento del placer.
La cantidad de juegos que poseen la coletilla de "terror" u "horror" no es nada despreciable. Desde el incombustible La Llamada de Cthulhu pasando por toda la saga de Mundo de Tinieblas, los juegos de temática zombi (Zombie All Flesh Must Be Eaten, Z-Corps) o juegos explícitamente dirigidos a esta temática como fueron Ragnarok, Chill, Kult, Haunted House o el más reciente Fragmentos.
Tal como ocurre en la literatura, con escritores clásicos con H.P. Lovecraft o Edgar Allan Poe, o más contemporáneos como Stephen King o Clive Barker; el estilo del Terror puede abordarse desde distintas perspectivas. De hecho, el cine es un buen ejemplo en el que bajo esa etiqueta se endosa la investigación, los fenómenos paranormales, los asesinos en serie, el gore, el terror psicológico, y un largo etcétera que conforman ese cajón de sastre que definimos como ese género del Terror. Pero, ¿cómo abordar esa cuestión jugando a Rol?
Estilos y masacres narrativas: Podríamos pensar que cualquier juego de Rol puede prestarse a implementar partidas que ambientalmente se catalogarían como Terror. La fantasía medieval más rancia y dungeonera puede dar un giro y echar mano de ambientes lúgubres a explorar, inquietantes ruinas y extraños lugares poblados por el antagonista o antagonistas de turno de naturaleza sobrenatural.
D&D, como paradigma de la alta fantasía medieval, cuenta en su bestiario con todo un coleccionable de criaturas que casan bastante con ese fin. Otro ejemplo sería el capítulo dedicado a las Tierras Sombrías de
La Leyenda de los 5 Anillos; una región de Rokugan que guarda similitudes con lo que hay más allá del Muro custodiado por la Guardia de la Noche de
Canción de Hielo y Fuego y que sin dejar de lado la temática principal de esos juegos, aporta un extra con una ambientación que puede dar buenas sagas basadas en el género del Terror.
La cuestión, sin embargo, es que en ocasiones se cruza la frontera entre lo que vulgarmente acaba siendo una masacre de estilo gore y el terror más psicológico, ese estilo que genera inquietud y pone nerviosos a los jugadores. Los juegos de zombis muestran perfectamente esa línea, y se prestan tanto a partidas narrativas, de supervivencia, ingenio y sufrimiento o a verdaderas bacanales de tiroteos a la cabeza del no muerto. En mi opinión, lo segundo dista mucho de lo que para mi es el Terror.
Probablemente, o por lo menos así lo pienso yo, las partidas de Rol que apuestan por el Terror en su esencia, suelen ser muy ambientales y narrativas; algo obvio si tenemos en cuenta que causar ese desasosiego en los jugadores es una tarea que requiere motivación y generar un ambiente adecuado.
La Investigación: Forma parte del pilar fundamental en la temática. Porque al fin y al cabo, lo que sea que esté ocurriendo y que es la herramienta del máster para generar la ambientación de Terror debe ser algo que los jugadores deban llegar a conocer o intuir, y estar interesados en esclarecer. O una vez saben de qué se trata, huir despavoridos. El paradigma de los juegos de Terror con un claro componente de investigación es
La Llamada de Cthulhu y sucedáneos, como
El Rastro de Cthulhu. Sin embargo, estos juegos que abogan por una cosmogonía de deidades desconocidas de poderes inconmensurables y que se adaptan a lo mundano a través de cultistas y oscuras organizaciones secretas pueden llegar a perder cierta chispa con la repetición de clichés y balancearse hacia la Investigación pura y dura con tintes sobrenaturales.
En cualquier caso, la investigación es un vehículo y un motivo casi omnipresente en el que se sustenta el género del Terror en el Rol; un recurso nada desdeñable que acaba convirtiéndose en casi imprescindible para progresar en la trama y despertar el interés de los jugadores. Cuestión a parte es si ese vehículo que es la investigación posee un sustento lógico y no pasa a ser una excusa metida con calzador del estilo "investigamos porque se supone que es lo que hay que hacer, de lo contrario, no hay partida". Cómo y por qué se justifica que bajo el epítome del Terror, un máster motive y justifique que los PJs investiguen depende de su buenhacer como narrador y, desde luego, con una predisposición y complicidad de los jugadores para, por lo menos, no poner palos en las ruedas del desarrollo del argumento.
La Ambientación: Un aspecto crucial, más importante que en casi cualquier otra temática, es la ambientación. Y me refiero a la real, a la atmósfera que se genera en la mesa de juego con los jugadores y el máster presentes. El Terror aplicado al Rol no solo se limita a la partida, a la narración de lo que se relata; existe un componente que implica a los participantes, les permite una mayor inmersión en la trama y en el tono de la partida.
Un ambiente sombrío, con la única luz de unas velas o unos fanales; con una mesa limpia de los habituales bártulos superfluos, ofrece una estampa en la que jugadores, máster, las hojas de PJ y los dados son lo único que cuentan. Y esa variación en el aspecto del lugar en el que se va a desarrollar la partida constituye un factor más que implica a jugadores y máster en la trama.
La música, un componente que puede tener su parcela y ser importante en el desarrollo de una partida, en el caso del Terror es también una herramienta útil. Escogida con criterio y alternando música ambiental, efectos atmosféricos o escenas en silencio, se genera un ritmo que ayuda a la narración y a moldear la intensidad emocional de los jugadores. El cine y los videojuegos aportan una fuente casi inagotable de herramientas musicales con sus bandas sonoras.
Finalmente, y en la línea referida, el uso de algún tipo de
atrezzo también puede añadir extras para conseguir el ambiente adecuado. Un mantel oscuro cubriendo la mesa, flores secas, algún elemento decorativo o evocador del tema de la partida (una Biblia, un crucifijo, una muñeca de porcelana, ...) son objetos mundanos que adecuadamente escogidos aportan un toque peculiar y distintivo.
La finalidad es acompañar con una puesta en escena real lo que la partida va a desarrollar en la ficción. Siendo puristas, esto no es más que parafernalia, pero se aleja de la rutina de lo que vienen siendo las partidas de Rol de otras temáticas.
Los Recursos Narrativos: El género del Terror, alejado del gore y la masacre lanzadados, suele funcionar muy bien con los juegos narrativos. Limitar los recursos del jugador a que no resuelva toda acción o reto echando mano de la hoja de PJ y las tiradas de dados suele permitir mayor fluidez e inmersión narrativa.
El cine ofrece muchos clichés que funcionan. Y si hay algo que me enerva son esas situaciones en las que los protagonistas no hacen más que cometer una estupidez tras otra en pos de cuadrar un argumento que carece lógica. El ejemplo clásico es la del inepto de turno que decide bajar al sótano de la casa encantada en la que hasta un tonto sabe que va a ocurrir algo realmente feo. La cuestión es, ¿nuestro PJ sería lo bastante imbécil como para hacer eso por la buenas? Probablemente no. Y ahí entra el papel del narrador y de tener una historia bien fundamentada, unos PJs bien perfilados y algo de sentido común. En un juego de fantasía medieval nadie con algo de seso se lanzaría a combatir contra un dragón armado con un palo quebradizo. Puede que alguien llegara a catalogarlo de "héroe". Yo más bien lo denominaría "idiota muerto". Y bien merecido lo tiene. Pues con el género del Terror pasa lo mismo.
Por otro lado, el uso que haga el máster de la cadencia narrativa, su tono de voz, el uso de susurros y plantear escenas clave, es crucial.
Ambientar en espacios carentes de iluminación o con iluminación limitada es un recurso útil, así como jugar con la descripción de las sombras que genera el PJ o el mobiliario del espacio descrito. Y si a eso se le añaden descripciones de sonidos ambientales, como crujidos, gemidos, el goteo de un grifo, pasos o el tic-tac de un reloj que cesa de forma súbita no son más que algunas herramientas que ponen en situación y generan desasosiego.
Aislar a los PJs, mantenerlos en soledad, también genera cierta angustia, ya que no cuentan con el apoyo, ayuda ni el soporte de nadie salvo ellos mismos. Verse obligados a recorrer un espacio desconocido, o por el contrario, un lugar que creen conocer pero que el máster se encarga de modificar para que el PJ perciba que algo raro está ocurriendo son recursos narrativos sencillos de aplicar y que empujan al jugador a meterse en el papel y en los acontecimientos.
Otros recursos narrativos de escenificación, como los ambientes con niebla, estructuras abandonadas más o menos ruinosas o, más explícitamente, enfrentar al PJ con su imagen distorsionada en un espejo o con una silueta a su espalda que surge de la nada en el momento que sus ojos se fijan en su reflejo no dejan de ser esos recursos que todos tenemos metidos en nuestro subconsciente. Lo mismo ocurre con el sonido de lamentos o carcajadas de niños procedentes de una estancia en la que se supone que no debería haber nadie. O bien poner a disposición de nuestro PJ una foto reciente de un lugar en la que se aprecia la presencia de alguien que lleva tiempo muerto. Los recursos solo los limita nuestra imaginación.
Y no digamos ya lo sugerente que puede resultar llevar de visita a nuestros PJs a un cementerio por la noche, a un antiguo manicomio, hospital u hotel ruinoso, al interior del alcantarillado o la red de metro abandonada de una ciudad. Lejos del cliché de "la casa encantada", existen ambientaciones que se fundamentan en el mismo principio para generar terror, y que marcan ciertas diferencias.
En cuanto a fuentes de inspiración, películas como Sesión 9, Silent Hill, Fallen, Saw (la primera, y punto), Paranormal Activity (la primera también, absteneos del resto), REC (también la primera), El Exocrcista, 28 Días Después, The Ring (la japonesa, claro), La Niebla, The Descent, Los Otros, Al Final de la Escalera o Terror en Amityville, entre muchas otras, ofrecen clichés, recursos e ideas para argumentos de partidas de terror.
Conclusión: El Terror, como género, llega a su culminación cuando se apuesta por el componente psicológico, cuando se juega con los miedos del jugador (y digo del jugador, no del PJ). Las atmósferas opresivas, la escasez de recursos, la necesidad de investigar o de huir, las técnicas narrativas y de ambientación pueden llegar a ofrecer sesiones de juego memorables. No hace falta echar mano de recursos gore ni de criaturas deformes para generar miedo; en ocasiones, las mejores partidas de Terror no precisan ni que se llegue a provocar el encuentro entre PJs y su antagonista.
Los fenómenos paranormales o inexplicables suelen ser un buen recurso que no precisan de echar mano de criaturas raras o con tentáculos. Apostar por algo sutil, esa sombra omnipresente y de naturaleza desconocida puede ser el gancho perfecto para tirar de los PJs y a la vez, inquietarlos.
Ah, y una cuestión muy importante. En las partidas de Terror, si cabe, la seriedad y evitar comentarios jocosos o fuera de lugar, roturas de ambiente y carcajadas o comentarios que nada tienen que ver con la partida suele ser muy necesario porque rompe el clímax. Parece una perogrullada, pero es crucial estar concentrados y por la labor. Esa implicación e intensidad dan mucho juego tanto a máster como a jugadores.
Y como último consejo; si se juega con habituales jugadores del grupo, es fácil conocer sus preferencias y predecir sus reacciones, aprovechar sus debilidades y usarlas para llevarles a un punto en el que psicológicamente podamos influir en sus temores. El temor a lo desconocido está escrito en nuestro ADN, y esa es la mejor herramienta que podemos utilizar. Paciencia, ambientación y generar inquietud. El resto, lo ponen los jugadores por si mismos de forma involuntaria. Por eso el Terror es un género que puede llegar a ser muy agradecido y atractivo en el Rol.
Nos leemos.