24 de agosto de 2012

La Biblioteca de Alejandría: Yggdrasill

YGGDRASILL: Furor Vikingo


     No suelo prodigarme con las reseñas de juegos demasiado nuevos. El motivo es sencillo. Me gusta tener un conocimiento profundo de la ambientación, del sistema y una visión general del juego clara; y los productos editoriales de última hornada no acostumbran a tener suficientes horas de vuelo para que me atreva a opinar. Pero el caso de Yggdrasill es diferente, ya que desde que se anunció su edición en castellano de mano de Holocubierta, ha sido uno de esos juegos largamente esperados que quería llevar a la mesa. 
     Tras unos cuantos escarceos y aproximaciones, una lectura rápida y luego otra más detallada y un par de partidas, me atrevo con este Yggdrasill. Y no para ensalzar sus virtudes, sino para justificar la decepción que me ha causado, una opinión que por otros lares también he visto reflejada. Es lo que suele pasar cuando se depositan grandes esperanzas y se genera expectación sobre algo. Si no cumple con lo esperado, uno se siente defraudado.

     Yggdrasill es originalmente un producto francés editado por 7ème Cercle. A nuestro país ha llegado de la mano de Holocubierta, con un ejemplar notablemente encuadernado en cartoné, con hojas satinadas y una presentación gráfica destacable.
     El juego, tal como su portada inspira, se ambienta en la mitología nórdica medieval y en su epítome por antonomasia: la cultura vikinga. Sin duda éste es el punto fuerte de Yggdrassill, no en vano toda la cultura, tradición y mitologia nórdica ha inspirado a generaciones de escritores, sin ir más lejos, al propio Tolkien y su Señor de los Anillos. Por tanto, nos encontramos ante un juego de baja fantasía, medieval y mitológico, que se inspira en una de las culturas icónicas con mayor encanto y atractivo. Echando mano a unos rápidos ejemplos visuales, Yggdrasill bebe directamente de Beowulf y halla inspiración en El Guerrero Número 13. La lista de películas o libros es extensa, pero indudablemente estos dos  films contemporáneos le sonarán a la mayoría. Por tanto, no es difícil ubicarse con cierta facilidad en la ambientación y la temática sugeridas
     Antes de abordar con más detalle el juego en sí, permitidme mencionar una cuestión sobre la edición castellana que, a mi entender, denota uno de esos rasgos que dan mal rollete. En las contraportadas hay una ilustración en tonos marrones y sepia del mapa de Scandia, la región continental en la que se encuentran los países nórdicos que forman la base geográfica en la que se desarrolla el juego. Pues bien, los chicos de Holocubierta tuvieron el desliz de dejar ese mapa en versión original, es decir, en francés. ¿Es eso trágico? No. ¿Impide que se pueda jugar? Tampoco.  Pero denota cierta desidia por parte de los editores al pasar por alto un detalle como éste. ¿Tanto cuesta poner el mapa traducido? Al fin y al cabo es lo primero que uno ve al abrir la portada. En fin. Vamos al tema.

     Sobre la Ambientación

     Yggdrasill es un juego de baja fantasía ambientado en la cultura medieval vikinga de los siglos IV a VI d.C. Hasta ahí, fácil, inspirador y poco complejo. Todo el mundo tiene en su retina una imagen afín a lo expuesto. Como jugadores, tenemos un abanico relativamente limitado de profesiones accesibles, todas ellas reflejo de la sociedad y costumbres nórdicas. Hirdmen (Guerreros al servicio de un Jarl), Guerreros Ferales (el Berseker de toda la vida), Völvas (Hechiceras), Nobles o Bardos son algunos ejemplos de clase de personaje.
     Las menciones a la mitología nórdica, el panteón de Dioses y las costumbres vikingas suponen un apartado indispensable y agradable en su lectura si además te gusta esa cultura. Quizá, en este aspecto, el gran defecto del juego está en su traducción geográfica: el mapa es un inmenso desierto en el que no se ubican prácticamente ciudades, ni aldeas, ni nada que sobre un plano te permita localizar nada de nada. Para eso, se han permitido el lujo de sacar a la venta el suplemento 9 Reinos al módico precio de 18 eurillos. El problema es que esa información jamás  debería quedar fuera de un libro básico, y bien fuese olvido, patinazo o afán usurero, convertir un capítulo indispensable en un suplemento no es algo demasiado digno.  Independientemente, el apartado de ambientación es de lo que más me motiva personalmente, y en ese aspecto el juego no defrauda. ¿Querías vikingos? Pues tienes vikingos.

     Sobre el Sistema

     El juego funciona con d10. La mecánica se fundamenta en lanzar tantos d10 como puntos de Característica, te quedas con el resultado de 2d10 y a ello le sumas el valor de la habilidad.  Y el total, se compara con una dificultad establecida por el máster. Sencillo y rápido. Peerooo.... Lo que aparentemente parece sencillo, se torna complejo. Y no por que lo sea. El problema de Yggdrasill es que tiene un redactado infame. 
     En ocasiones se hace patente que el problema radica en el texto original. Parece que los creadores sabían lo que querían, pero lo reflejaron de forma superficial, como si asumieran que todos hemos nacido enseñados. Eso hace que Yggdrasill, en manos de un rolero novato, sea un esperpento que acabe dejándole la cara de empanado y los ojos como platos, porque simplemente no comprenderá muchos de los conceptos que se mencionan.
     Más texto, más explicaciones o, mejor aún, más ejemplos hubiesen sido de agradecer. Y todo ello aderezado con un poco de la coherencia de cuya falta adolece amargamente.
     Si uno logra superar el nefasto planteamiento, luego se topa con cuestiones de traducción. Porque imagino que algunos de los patinazos garrafales de Yggdrasill se deben a errores de traducción, ya que entonces si que no logro entender cómo los de 7ème Cercle lograron publicar semejante esperpento. 

     Comprender el turno y las acciones, la iniciativa o las maniobras de combate supone un reto. Y no porque sean extraordinariamente complejas, sino porque están expuestas de la peor manera. Aún así, con algo de tesón y sentido común, hacerse con los fundamentos del sistema no es una misión imposible. Una vez conseguido, lo que uno se encuentra es un sistema de juego simplón. 
     La complejidad del combate es relativa, el papel de armas, armaduras y escudos está reducido a patrones muy esquemáticos, de modo que el equipo de mejor calidad o bonificado tiene poco peso, a diferencia de lo que ocurre en otros juegos de fantasía medieval. Me da la sensación de que cuando los creadores tuvieron hecho el sistema, se dieron cuenta de que era terriblemente plano. Y por eso decidieron adornarlo con Dones y Proezas Marciales. Lo que pasa es que incluso esos dos aspectos son surrealistas. La primera vez que los leí, lo que pensé es "Vale.... ¿y todo ésto de qué carajo sirve?". Porque obviando la cuestión del mal redactado, ese conjunto está planteado de una forma extraña e ilógica. Por ejemplo, los Dones, que no son más que los típicos Méritos y Defectos, se pueden usar una vez por sesión. Asi que si un PJ es un tipo enorme (Coloso), lo es solo un ratito. Venga ya....
     Y lo peor es que ejemplos como ese, los hay a montones y referidos a distintos aspectos. Parece que quieran darle colorido a algo soso, pero con propuestas que te dejan indiferente. Eso sí, merced a un desequilibrio flagrante, en este juego lo que importa es tener puntuación en Características, y las Habilidades quedan reducidas a un simple matiz del conjunto. Pero al final, viene el Berseker, gasta una morterada de Furor para añadir dados a su tirada, y te revienta de una torta. Se acabó lo que se daba.

     Sobre la Magia

     Yggdrasill no deja de ser un juego fantástico medieval, con un elevado componente mitológico, pero sin renunciar a la espada y la brujería. Y justamente la hechicería merece un apunte. El juego plantea distintas variantes de magia, pero en conjunto, es bastante rancia (por no decir bastante inútil). Si alguien espera grandes hechizos, bolas de fuego y demás parafernalia dungeonera, que se olvide. Ese no es el espíritu del juego. Pero claro, de ahí a plantear un repertorio tan rígido y poco jugable, hay un trecho. Porque si quieres un hechicero con unos mínimos de dignidad, te tienes que ir a una Völva, y ese es un colectivo muy peculiar formado solamente por mujeres. Y no, los vikingos (y eso el juego lo expone cristalino) no eran particularmente flexibles con la figura de la mujer, y menos si son brujas. Así que en cierto modo, las Völvas parecen ser carne de PNJ, y eso hace que su magia, que es de lo poco decente que hay en este apartado, quede bastante alejada de las posibilidades de un PJ.
     La sensación que tuve al leer el apartado de la hechicería es que parecía que la hubiesen implementado como si algo obligase a los creadores del juego. "Es un juego de fantasía medieval mitológica. Tiene que haber magia". Pues hombre, si quieres ponerla, la pones. Pero lo haces bien, y no a medias.

     Conclusión

Podría haber sido un digno juego...
     Yggdrasill tiene una gran baza a su favor. Es un juego sobre mitología nórdica y vikingos. Y esa ambientación por si misma, ya gana muchos enteros. Su sistema de juego es sencillo, ágil y rápido, aunque en ocasiones adolece de simplón y eso algo que si bien puede ser apreciado por muchos, a mi no me convence en este tipo de juegos.
...pero Yggdrasill se queda en ésto...
     El gran problema de Yggdrasill es que parece un juego hecho a medias, con un redactado digno de pelotón de fusilamiento; y eso que he leído verdaderos mamotretos de texto infumable, pero éste se lleva la palma por lo mal expuesto que está. 
   Personalmente esperaba mucho de Yggdrasill y lo que he visto hasta ahora me ha decepcionado bastante. Es un juego mal hecho y mal traducido, y me sorprende que nadie de Holocubierta no se diese cuenta que iban a comercializar un producto tan mal escrito. El sistema de juego es demasiado básico para la fantasía medieval, y la hechicería se ha tratado de forma ligera, sin que llegue a tener protagonismo ni entidad en el conjunto. Aun así, la mitología nórdica probablemente justifica darle más rodaje al juego.




2 de agosto de 2012

Reflexiones desde la Tumba: La Veteranía en los Jugadores de Rol

LA VETERANÍA EN LOS JUGADORES DE ROL: Ni mejor, ni peor. Diferente. (Carrusel Bloguero)


     Este mes, desde El Rol de Siempre Online  nos traen la nueva propuesta de Carrusel Bloguero. El hilo trae por título "La veteranía en los jugadores de Rol". Al margen de cómo han desarrollado este tema en su artículo, poniendo de manifiesto esos rasgos comunes a todo jugador veterano que llega al final de su carrera rolera, y aportando algunas sugerencias para adaptar ese nuevo estado de existencia de una afición de muchos años que se resiste a morir; yo intentaré abordar esta cuestión desde una óptica basada en mi propia experiencia y particular visión. Al fin y al cabo, creo que puedo catalogarme como "veterano del Rol" y, por ende, estar experimentando la lenta agonía del moribundo que se agarra a una afición que durante años ha formado parte de su vida.

Antes de extenderme en la disertación, quiero dejar claros algunos conceptos:

1- Considero "Jugador de Rol" al aficionado que practica la afición asumiendo su papel de forma indistinta como jugador y director de juego. Para mi son dos caras de la misma moneda. Un jugador veterano también es un máster veterano.

2- La veteranía no te hace mejor Jugador de Rol. Simplemente te lleva por caminos distintos y tu estilo de juego y aspiraciones, cambian. Curiosamente, hay Jugadores que envejecen pero no evolucionan.

3- En cada etapa de su existencia rolísitica, el Jugador de Rol intenta disfrutar de su afición y divertirse. Pero el modo como se consigue eso es diferente según la edad y experiencia acumulada, ya que cuenta con factores limitantes y, por supuesto, con un criterio distinto según en qué momento de su vida rolera se encuentre.

4- Las obligaciones profesionales, familiares y personales varían a lo largo de la vida del rolero. Eso le lleva a establecer prioridades que inevitablemente afectan a su dedicación al Rol. Eso, no obstante, no es óbice para renunciar por completo a algo que durante años ha resultado un aspecto importante y que ha determinado el tiempo de ocio de cada uno.

5- Raramente un Jugador de Rol inicia su andadura a edades avanzadas de su vida. Puede ser, claro. Pero lo habitual es adentrarse en esta afición en la adolescencia. Y eso es importante, ya que el desarrollo y crecimiento del rolero sigue unas pautas paralelas a su desarrollo como persona.

     Con base a esas premisas, afirmo que en mi caso cumplo la que yo considero como definición de Jugador de Rol. Alterno la figura de jugador y máster desde hace algo más de 20 años. También soy plenamente consciente de que existe un grupo nada despreciable de aficionados que, cual sanguijuelas, serpentean hábilmente evitando asumir el papel de máster. Esos no cambian, por muy veteranos que sean; y probablemente son los que llegan antes al ocaso rolístico y a la inevitable "muerte" del rolero, ya que carecen de la motivación y la iniciativa de quienes han ahondado en la figura del máster.
     En mi caso, no creo que la veteranía me haya hecho mejor Jugador de Rol. Me adapto mejor y más rápido a ciertas mecánicas de sistema que al principio; aspiro a explorar argumentos o juegos diferentes y antepongo ciertos valores que antes no consideraba tan importantes. No soy mejor ni peor que antes, soy distinto. Pero lo que no ha cambiado es que sigo pensando que el Rol es una afición, un pasatiempo, un divertimento. En ocasiones el Rol no me ha llenado, no me ha divertido, en gran parte debido al hastío que me generaban los jugadores florero y los jugadores sanguijuela que no se dignaban a hacer de máster pero que no tenían reparo en dejar que acabase quemándome como director de juego. Aun así, y a pesar de haber pasado por periodos de inactividad rolera, el objetivo fundamental que persigo y espero del Rol sigue siendo el mismo: disfrutar del juego.

Él también llegó a veterano. Y a Rey.
     Creo que si realmente te gusta el Rol, acabas adaptándote al medio que te rodea en cada momento de tu vida. Los jugadores ocasionales que no han interiorizado esta afición, los gorrones chupasangres o aquellos que disfrazan el encuentro social con los amigos bajo la máscara de quedar para jugar a Rol suelen ser los que acaban siendo superados por todo cuanto les rodea a medida que se hacen mayores y dejan a un lado el Rol para dedicar sus vidas a proyectos mucho más provechosos como pagar hipotecas a 200 años, disfrutar de una maravillosa tarde de sábado en una gran superficie comercial abarrotada de zombis o a culturizarse con la ejemplar y excelsa oferta televisiva durante esos escasos periodos de relax que les ofrece una vida profesional y familiar tan plena que le ocupa 28 horas al día, 372 días al año. Luego les revienta un aneurisma y se van directos a la caja de pino.
     Y es que hay un concepto aplicable no solo al Rol, sino a cualquier aspecto de la existencia de cualquier ser pensante cuya estructura molecular se base en el carbono: En cada etapa de la vida, uno debe enfrentarse a distintas obligaciones, y puede repartir su tiempo proporcionalmente a la importancia de esas obligaciones. No es lo mismo el tiempo que te exige la época de estudiante de instituto que la de estudiante universitario; no es lo mismo tener un trabajo de horario de oficina que uno nocturno o de fin de semana, no es lo mismo estar divorciado y con tres churumbeles que ser feliz.... Pero en cualquiera de los casos, suele ser bueno para la salud mental del individuo disponer de tiempo libre para invertirlo en aquello que nos gusta; para desconectar de la cotidianidad y olvidar los baños de realidad que suponen el día a día. Ese tiempo tan necesario es el que a medida que nos hacemos mayores se va recortando y sacrificando excusándonos en la misma cantinela, y ese es el tiempo que se le dedica al Rol. Y a la lectura. Y a ir al cine o al teatro. Y a descansar. Y a practicar un deporte. Y a charlar. Y a pasear. Y en definitiva, a vivir.

    Antes de concluir con un poco más de texto incendiario que en palabras traduzca ese signo tan típico que se hace alzando el dedo corazón mientras se mantiene el puño cerrado, dedicaré unos minutos al tema específico de la veteranía y el Rol. Lo dividiré en las 4 fases evolutivas del Jugador de Rol, con los rasgos que a mi entender muestran la evolución del rolero:

1-"¿Dado de qué?": Todo tiene un principio, todos hemos sido novatos y aquí nadie nace enseñado.

- Cualquier juego es nuevo y bueno para ser probado.
- La diversión está en partir cabezas a espadazos y lanzar muchos dados sobre la mesa.
- ¿Quedar para jugar? Claro, cuando quieras.
- Lo importante del PJ es que tenga un montón de puntos en sus habilidades y subir de nivel.
- Las discusiones con tus compañeros de mesa suelen ser por cuestiones de reglas y de sistema de juego.
- El argumento o "gancho de la partida" puede ser una oferta de un desconocido para que el PJ se vaya con otros desconocidos a arriesgar su vida por 10 monedas de oro.
- ¿Hacer de máster yo otra vez? Pues claro. Tengo partidas preparadas para jugar dos semanas seguidas. Todos los días.

2- "Profesional; muy profesional": La plenitud del Jugador, ese momento de máximo esplendor y disfrute.

- Cualquier juego nuevo es bueno para ser probado.
- La diversión está en perfilar el personaje, partir cabezas a espadazos de forma heroica y lanzar dados sobre la mesa.
- ¿Quedar para jugar? Pues esta semana no puedo por los examenes, pero después puedo quedar cuando quieras.
- Lo importante del PJ es que tenga un montón de puntos en sus habilidades y sea alguien importante en el universo del juego.
- Las discusiones con tus compañeros de mesa suelen ser por cuestiones de reglas que no están claras y para ver quién hace de master.
- El argumento o "gancho de la partida" puede ser una oferta de un conocido para que el PJ se vaya con otros compañeros a arriesgar su vida por 10000 monedas de oro, fama, gloria y honores.
- ¿Hacer de máster yo otra vez? ¿Otra vez? Bueno, me puedo preparar la continuación de la última partida que hice.

3- "He cruzado océanos de tiempo": El principio del fin, la mayor experiencia se une al desengaño y a la exigencia.

- Cualquier juego nuevo no es bueno para ser probado.
- La diversión está en perfilar e interpretar el personaje. Y pocos dados sobre la mesa.
- ¿Quedar para jugar? No puedo. No, ese día tampoco. Este mes, fatal. ¿Qué tal si quedamos el 29? De enero. De 2024. A las cuatro de la tarde. Y hasta las ocho.
- Lo importante del PJ es que sea alguien importante en el universo del juego.
- Las discusiones con tus compañeros de mesa suelen ser por la crisis, el paro, los banqueros y la reforma laboral.
- Si el argumento o "gancho de la partida"  es una oferta para que el PJ se vaya con otros compañeros a arriesgar su vida a cambio de dinero, fama, gloria y honores; te puedes meter la partida por donde te quepa.
- ¿Hacer de máster yo otra vez? Pues no. He pensado que es mejor que lo hagas tú con los huevos.

4- "Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes": El equivalente rolero de Yoda en El Retorno del Jedi. Todo sabiduría. Pero al  final de la película, se muere...

- Cualquier juego viejo es bueno para ser reinterpretado.
- La diversión está de vez en cuando. Cuando eso ocurre es porque la partida es narrativa 100%.
- ¿Quedar para jugar? Sí, cuando Orion se cruce con Marte y el cometa Halley impacte contra la Tierra.
- Lo importante del PJ es que llegue a ser el puto amo en el universo del juego.
- Las discusiones con tus compañeros de mesa no existen. Tampoco existen tus compañeros de mesa. Pero les recuerdas.
- Si el argumento o "gancho de la partida" es una oferta para que el PJ se vaya con otros compañeros a dominar Imperios y a expulsar Primigenios, igual me lo pienso.
- ¿Hacer de master? ¿Eso qué es?

5- "El Ave Fénix renace de sus cenizas": El Nirvana del rolero. Muy pocos lo consiguen.

- Cualquier juego digno de ser probado es de creación propia o una adaptación a un sistema de juego genérico.
- La diversión está en los pequeños detalles, la narrativa, la interpretación y la fluidez del sistema. Soy una hoja al viento.
- ¿Quedar para jugar? ¿Una vez al mes o cada dos meses? ¿A la madre de quién hay que matar?.
- Lo importante del PJ es que evolucione, posea trasfondo y  llegue a ser un icono en el universo del juego.
- Las discusiones con tus compañeros de mesa son sobre cuestiones existenciales acerca de los PJs y el estilo de las partidas.
- El argumento o "gancho de la partida" puede ser algo mundano o trascedental, pero siempre significativo.
- ¿Hacer de master? En cuanto termines tu campaña, dentro de 6 meses, empiezo con la mía.

     Tras esta particular visión de lo que ha sido mi evolución (o degeneración) rolera, vuelvo a la cuestión central. La veteranía en los Jugadores de Rol, lejos de reflejar un valor sustancial o un hecho diferencial, es indicativo de algo muy concreto. La experiencia es una cosa; la veteranía, aunque pueda llevar implícita esa experiencia asociada, es un concepto diferente. Porque todo ésto, a mi entender, se refiere a qué ocurre cuando el Jugador de Rol se va haciendo mayor y sufre cambios en su vida que le restan tiempo libre para dedicarlo al Rol.
     La ilusión y la libertad de los primeros años como rolero se transforman, y cuán más veterano (por no decir, viejo) es el Jugador, más marcado es ese cambio. Menos tiempo, menos ganas, menos flexibilidad, menos imaginación y más obligaciones mundanas de esas que la sociedad impone para que cada uno sea un miembro productivo y lobotomizado del gran colectivo.
     ¿Veteranía? Soplapolleces. Si eres un Jugador "veterano" y todavía te sientas a la mesa con tus compañeros de fatigas, es evidente que ya no juegas del mismo modo que al principio, ni a los mismos juegos, ni le dedicas todo el tiempo que quieres, sino el que puedes. Todo es distinto. Pero te mantienes fiel a una afición y a unos principios.
     Si esa "veteranía" implica que ya no juegas y que tu miserable existencia se centra en rememorar batallitas, mandar una postal a tus amigos de toda la vida y convertirte en un snob, entonces estamos hablando de algo diferente. Y justamente de esto va el tema. Y si alguien se cree que no, que no es tan existencial ni profundo, pues que siga pensando que se refiere a evolucionar con estilos depurados de juego, de la amplia experiencia acumulada aplicada al Rol y demás zarandajas. Y el próximo sábado, a disfrutar de una maravillosa tarde en una gran superficie comercial abarrotada de zombis. Yo, personalmente, prefiero ser el PJ que les dispara a la cabeza, aunque sólo sea de vez en cuando.

Os dejo una cita de uno de los mejores principios de película que he visto que además es aplicable al Rol y a los jugadores veteranos:

     "-Ahora voy a reformarme y dejar esto atrás, ir por el buen camino y elegir la vida. Estoy deseándolo, voy a ser igual que vosotros.
     El trabajo, la familia, el televisor grande que te cagas, la lavadora, el coche, el equipo de compact disc y el abrelatas eléctrico, buena salud, colesterol bajo, seguro dental, hipoteca, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolage, tele-concursos, comida basura, niños, paseos por el parque, jornada de nueve a cinco, jugar bien al golf, lavar el coche, jerseys elegantes, navidades en familia, planes de pensiones, desgrabación fiscal...
     Ir tirando, mirando hacia delante, hasta el día en que la palmes."

Él es un noob... su padre, un "veterano"