Desde su blog Veinticinco Horas, Pedro J. Ramos apadrina una iniciativa llamada Carrusel Bloguero de Juegos de Rol que fomenta la particiación y el feedback entre aficionados al género. Y la propuesta del mes son las campañas legendarias. Y al decir "legendarias", lo interpreto como lo haría Barney Stinson (el incomparable casanova de la serie Como conocí a vuestra madre) , es decir, campañas que han marcado un antes y un después, un punto de inflexión significativo en los juegos de Rol.
En el caso de mi grupo de juego, guardo un especial recuerdo de una de las campañas con las que más he disfrutado: Constantinopla Nocturno, de la línea Vampiro Edad Oscura (White Wolf - La Factoría).
Si bien no está planteada como una campaña al uso y su estructura no está formada por módulos encadenados con mayor o menor coherencia argumental, Constantinopla Nocturno se ambienta en un lugar y una época crucial y muy interesante de la historia y ofrece una gran cantidad de información y trasfondo, convirtiéndose por derecho propio en todo un sandbox de lo más recomendable.
En la línea de otros suplementos de ciudades con la etiqueta "Nocturno", el dedicado a Constantinopla es particularmente sobresaliente por el buen trabajo de documentación y ambientación realizado por los autores. Si tenemos en cuenta que Vampiro Edad Oscura se desarrolla en las postrimerías del s.XII (concretamente en el 1197), introducir la joya del Imperio Bizantino en esa ambientación fue todo un acierto. Y el motivo es que justamente ésta fue una época convulsa y sujeta a grandes cambios, y Constantinopla era un reflejo del esplendor decadente de los grandes imperios. Bajo el amparo de una arquitectura colosal y espectacular, tras sus antiguos muros se unieron distintas culturas, casi antagónicas, conformando una verdadera amalgama que aportaba una gran riqueza a la ciudad. Se podría decir que Constantinopla, como capital del Imperio Bizantino, era la verdadera frontera entre Oriente y Occidente, no solo desde un punto de vista geográfico, sino por la naturaleza de sus variopintos habitantes.
Constantinopla Nocturno nos plantea una estructura muy lógica en sus páginas. Dedica una introducción a exponer la situación real y ficiticia de la ciudad, mezclando historia y trasfondo verdadero con la sociedad vampírica.
La introducción continúa con un capítulo inicial dedicado a la historia de la ciudad desde sus raices en el Imperio Bizantino hasta el momento actual (año 1197, al tratarse de Edad Oscura), y siempre manteniendo e integrando el componente vampírico en el relato.
El siguiente capítulo está dedicado a la geografía de la ciudad, los distintos distritos y barrios, los edificios y monumentos importantes, las murallas y sus puertas, las calles y avenidas, sus recursos arquitectónicos (como las cisternas destinadas a la distribución del agua), los mercados y los foros, los baños, las iglesias, y todo un sinfín de lugares en los que se entremezcla la realidad histórica con la ficción sobrenatural, como es el caso de los subterráneos en los que se ocultan los Nosferatu.
En el capítulo dedicado al trasfondo, se analizan las distintas alianzas. Aquí entramos de lleno en el corazón de Vampiro Edad Oscura, y se nos plantea la situación política y de influencia presente en la ciudad desde un punto de vista vampírico. Micaelitas seguidores del Antediluviano Mikael, los Magnus Lasombra, los Nosferatu Malaquitas y Caballeros de San Lázaro, los setitas Hijos de Judas, los Ventrue Antoninos, los Brujah Lexor o los Tzimisce Obertus, entre otros muchas facciones. Los clanes están presentes en una ciudad que respira la gloria de la antigua Roma mezclada con las maravillas de Oriente Medio al más puro estilo de las Mil y Una Noches.
Íntimamente ligado con el anterior, se nos ofrece un capítulo dedicado a los cainitas de la ciudad. Una especie de "quién es quien" en Constantinopla, describiendo a varios ilustres personajes de la cosmología vampírica, como son el Antediluviano Toreador Miguel (Mi-ka-il), conocido como el Patriarca; el Tremere Abetorius, chiquillo de Meerlinda; o el famoso Tzimisce Myca Vykos, un vampiro que en el futuro se convertiría en un puntal del Sabbat.
Finalmente, Constantinopla Nocturno dedica un capítulo final a plantear varias semillas de historia para enmarcarlas dentro de la ambientación descrita. Se trata de párrafos que ofrecen un hilo argumental sin desarrollar para que sea el máster el que confeccione las partidas, adaptándolas a sus jugadores y a su particular visión de Constantinopla.
La campaña que jugué en Constantinopla era, en gran medida, un reflejo de la esencia de lo que es Vampiro Edad Oscura: un juego de poder e influencias en el que tu cuello es moneda de cambio. Y es que si algo tiene que quedar claro, sobretodo para los menos experimentados, es que Vampiro, en todas sus variantes (Edad Oscura, Victoriano, La Mascarada o el más reciente Requiem), es un juego de Rol en el que los jugadores encarnan vampiros. Pero las cuestiones de los no muertos, la sed de sangre y los instintos del monstruo que el vampiro lleva en su interior quedan en un plano secundario, como complemento, ante un objetivo mucho más importante.
Vampiro es un juego de Rol de influencias y de poder. Las ciudades son los tableros en los que cada jugador mueve sus piezas, como si de una partida de ajedrez se tratara; y para los jugadores se abre un abanico de posibilidades muy interesantes cuando empiezan a escalar posiciones, a convertirse en alguien importante de la sociedad vampírica. Pero conseguir renombre y escalar cotas de poder político en un nido de víboras sanguinarias tiene un precio, y obliga a jugar con sensatez y astucia cada una de tus cartas.
¿Por qué Constantinopla?
Porque en el medievo, en la Edad Oscura, Constantinopla constituyó el último bastión que reflejaba la grandeza del Imperio Romano. Como capital del Imperio Bizantino, la ciudad aúna pasado glorioso y futuro incierto; mezcla la tradición latina con la oriental, tanto en sus habitantes como en su arquitectura.
En el particular universo vampírico, codearte con verdaderos iconos de la historia de los cainitas como el Toreador Miguel o el Tzimisce Myca Vykos, resulta muy atractivo. Y peligroso, ya que la ciudad no es más que un inmenso tablero en el que se apuestan influencias y cotas de poder, en ocasiones, inmensas. Y si a ello añadimos un buen trabajo bibliográfico referente a la historia de la ciudad y a sus particularidades, sabiendo que su caída a manos del asalto de los cruzados en 1204 será inminente dentro de la cronología vampírica, se conforma una peculiar mezcolanza que hacen de este sandbox un clásico recomendable a cualquier jugador de Rol.
Pocas veces, como jugador, podrás conseguir que tu PJ pueda contemplar las inmensas cúpulas de la basílica de Santa Sofía, recorrer la muralla de la ciudad bajo la luz de la luna o conspirar junto a un Antiguo entre las sombras de las calles del Barrio Latino.
Constantinopla Nocturno es, con diferencia, uno de los suplementos más recomendables de la línea de Vampiro Edad Oscura. Avisados quedáis.
Constantinopla Nocturno nos plantea una estructura muy lógica en sus páginas. Dedica una introducción a exponer la situación real y ficiticia de la ciudad, mezclando historia y trasfondo verdadero con la sociedad vampírica.
La introducción continúa con un capítulo inicial dedicado a la historia de la ciudad desde sus raices en el Imperio Bizantino hasta el momento actual (año 1197, al tratarse de Edad Oscura), y siempre manteniendo e integrando el componente vampírico en el relato.
El siguiente capítulo está dedicado a la geografía de la ciudad, los distintos distritos y barrios, los edificios y monumentos importantes, las murallas y sus puertas, las calles y avenidas, sus recursos arquitectónicos (como las cisternas destinadas a la distribución del agua), los mercados y los foros, los baños, las iglesias, y todo un sinfín de lugares en los que se entremezcla la realidad histórica con la ficción sobrenatural, como es el caso de los subterráneos en los que se ocultan los Nosferatu.
En el capítulo dedicado al trasfondo, se analizan las distintas alianzas. Aquí entramos de lleno en el corazón de Vampiro Edad Oscura, y se nos plantea la situación política y de influencia presente en la ciudad desde un punto de vista vampírico. Micaelitas seguidores del Antediluviano Mikael, los Magnus Lasombra, los Nosferatu Malaquitas y Caballeros de San Lázaro, los setitas Hijos de Judas, los Ventrue Antoninos, los Brujah Lexor o los Tzimisce Obertus, entre otros muchas facciones. Los clanes están presentes en una ciudad que respira la gloria de la antigua Roma mezclada con las maravillas de Oriente Medio al más puro estilo de las Mil y Una Noches.
Íntimamente ligado con el anterior, se nos ofrece un capítulo dedicado a los cainitas de la ciudad. Una especie de "quién es quien" en Constantinopla, describiendo a varios ilustres personajes de la cosmología vampírica, como son el Antediluviano Toreador Miguel (Mi-ka-il), conocido como el Patriarca; el Tremere Abetorius, chiquillo de Meerlinda; o el famoso Tzimisce Myca Vykos, un vampiro que en el futuro se convertiría en un puntal del Sabbat.
Finalmente, Constantinopla Nocturno dedica un capítulo final a plantear varias semillas de historia para enmarcarlas dentro de la ambientación descrita. Se trata de párrafos que ofrecen un hilo argumental sin desarrollar para que sea el máster el que confeccione las partidas, adaptándolas a sus jugadores y a su particular visión de Constantinopla.
La campaña que jugué en Constantinopla era, en gran medida, un reflejo de la esencia de lo que es Vampiro Edad Oscura: un juego de poder e influencias en el que tu cuello es moneda de cambio. Y es que si algo tiene que quedar claro, sobretodo para los menos experimentados, es que Vampiro, en todas sus variantes (Edad Oscura, Victoriano, La Mascarada o el más reciente Requiem), es un juego de Rol en el que los jugadores encarnan vampiros. Pero las cuestiones de los no muertos, la sed de sangre y los instintos del monstruo que el vampiro lleva en su interior quedan en un plano secundario, como complemento, ante un objetivo mucho más importante.
Vampiro es un juego de Rol de influencias y de poder. Las ciudades son los tableros en los que cada jugador mueve sus piezas, como si de una partida de ajedrez se tratara; y para los jugadores se abre un abanico de posibilidades muy interesantes cuando empiezan a escalar posiciones, a convertirse en alguien importante de la sociedad vampírica. Pero conseguir renombre y escalar cotas de poder político en un nido de víboras sanguinarias tiene un precio, y obliga a jugar con sensatez y astucia cada una de tus cartas.
¿Por qué Constantinopla?
Porque en el medievo, en la Edad Oscura, Constantinopla constituyó el último bastión que reflejaba la grandeza del Imperio Romano. Como capital del Imperio Bizantino, la ciudad aúna pasado glorioso y futuro incierto; mezcla la tradición latina con la oriental, tanto en sus habitantes como en su arquitectura.
En el particular universo vampírico, codearte con verdaderos iconos de la historia de los cainitas como el Toreador Miguel o el Tzimisce Myca Vykos, resulta muy atractivo. Y peligroso, ya que la ciudad no es más que un inmenso tablero en el que se apuestan influencias y cotas de poder, en ocasiones, inmensas. Y si a ello añadimos un buen trabajo bibliográfico referente a la historia de la ciudad y a sus particularidades, sabiendo que su caída a manos del asalto de los cruzados en 1204 será inminente dentro de la cronología vampírica, se conforma una peculiar mezcolanza que hacen de este sandbox un clásico recomendable a cualquier jugador de Rol.
Pocas veces, como jugador, podrás conseguir que tu PJ pueda contemplar las inmensas cúpulas de la basílica de Santa Sofía, recorrer la muralla de la ciudad bajo la luz de la luna o conspirar junto a un Antiguo entre las sombras de las calles del Barrio Latino.
Constantinopla Nocturno es, con diferencia, uno de los suplementos más recomendables de la línea de Vampiro Edad Oscura. Avisados quedáis.