Si no eres un alienígena recién llegado de Alfa-Centauri, respetado lector, ya sabrás lo que Wizards of the Coast ha anunciado a bombo y platillo: han iniciado la singladura que culmine con la publicación de la 5ª edición de Dungeons & Dragons. En un alarde de medios que confirman que D&D sigue siendo una franquicia que como marca todavía vende, ni que sea por glorioso pasado y tradición indiscutible, hasta el New York Times se ha hecho eco de la noticia.
Por estos lares, desde el blog de Jordi Zamarreño ya se nos advertía del inminente evento editorial y del nuevo equipo creativo encargado de darle forma a la criatura: Monte Cook, Bruce Cordell y Robert Schwalb. Los más avispados habréis notado que lo de "nuevo" equipo no deja de ser un eufemismo, ya que han recurrido a Monte Cook, gurú del añorado D&D 3ª edición. Y lógicamente, una noticia de esta índole e impactante calado en el mundillo del Rol no ha dejado indiferente a nadie y la blogosfera rolística ya ha empezado a mostrar algunas perlas referentes al tema.
Además, el anuncio trae una coletilla entonando el mea culpa y una promesa de buenos propósitos que pretende dejar claro al aficionado (o sea, al que se gasta el dinero en el producto) que la 5ª edición regresará al redil de lo que era D&D, a ese camino que la 4ª edición dejó a un lado para enfado y escarnio de sus fans irreductibles. Y en un alarde de generosidad y mentalidad progre, desde la web de Wizards dedicada a D&D ofrecen a los aficionados sumarse a las legiones de jugadores que con sus opiniones y consejos deberían llevar esta 5ª edición al buen puerto que, en el fondo, todo el mundo desea.
¿Por qué titular esta entrada "Días de Ira"? Pues porque si bien por un lado saber que se va a preparar una nueva edición de un juego de Rol de los clásicos debería ser una buena noticia, por otro lado, el particular estilo de Wizards y de su política editorial me repatea el culo a base de bien.
A modo de preámbulo, repasemos someramente la singladura y evolución de D&D: En 1974 se publica la primera versión del juego (el de Gary Gygax). En 1977 TSR (la editorial del juego en aquella época) divide las líneas en Dungeons & Dragons (un sistema de cajas de juego que evolucionaban con el ascenso de nivel de los PJs) y Advanced Dungeons & Dragons (un formato más clásico desde un punto rolístico formado por libros que no limitaban el nivel de los PJs como las cajas). La última caja de D&D fue publicada en 1985, y en 1989 se publicada una segunda edición de AD&D y una revisión de ésta en 1996.
Pero en el año 2000, ya con Wizards of the Coast al timón, se unificaron las líneas y se publicó D&D 3ª edición, rescatando el estilo de libros del AD&D y no el de cajas. Y esta 3ª edición ya fue la que formalmente apostó por esa nomenclatura de Sistema d20 que luego generaría la Open Game License (OGL) que invadiría como un virus el mercado y la producción rolística de la época. Sea como fuere, parece que la tercera edición de D&D tenía ciertos defectillos que ocasionaron una revision de la misma y la publicación, en 2003, de lo que todos conocemos como D&D 3.5. Y ahí es donde muchos roleros fanáticos incombustibles de la franquicia se quedaron. Porque cuando en 2008 apareció D&D 4ª edición..... sapos, culebras y maldiciones arcanas cayeron sobre el juego de parte de sus potenciales compradores. Y ni siquiera la revisión de 2010 con los Essentials (que rescataban el formato caja del D&D de TSR pero con el sistema de 4ª edición) logró arrancar una lagrimilla a los fans.
El último D&D no dejaba de ser un refrito que recordaba de soslayo lo que una vez fue el juego y apostaba descaradamente por un política editorial y un estilo de juego que en mi opinión, no dejaba de ser ruín. Si a mi modo de ver la puñetera OGL y su d20 supuso un abuso mercantil por parte de Wizards, tratando de homogeneizar el mercado en busca de beneficios, y un ejemplo de insultante superioridad editorial; con D&D 4ª ya se da la vuelta de tuerca a lo que fue un proyecto fallido y se intenta lobotomizar a los aficionados.
El fenómeno del retroclón y de la "vieja escuela" del Rol experimentó un ascenso exponencial desde la aparición de D&D 4ª edición, lo que denota toda una declaración de intenciones. Y por si fuera poco, ahí está Paizo y su Pathfinder, convirtiéndose en el oasis al que los aficionados acudieron a saciar su sed cuando Wizards les abandonó en las dunas de un juego que nunca llegó a indentificarse con sus jugadores potenciales. Pero que nadie se lleve a engaños. D&D 4ª edición no es un mal juego ni está mal hecho. En una entrada de este mismo blog que titulé "¿Por qué odio d20?" ya hice una reflexión sobre el sistema de juego y la política editorial de Wizards, incluyendo un análisis de lo que era esa 4ª edición de D&D respecto a las previas. Y lo que pasa es que, sin ser un mal juego, traiciona los principios que lo sustentaban y confirma lo que nadie puede negar: D&D 4ª es un completísimo y elaborado sistema de juego orientado a reproducir un dungeon crawler de tablero que bebe hasta la asfixia de influencias de los juegos de figuras como Warhammer y de los MMORPG, concretamente de World of Warcraft. Si a eso añadimos una ranciedad insultante al publicar razas y profesiones con cuentagotas y en más libros que nunca, obligar a usar mapas y figuras (las famosas Tiles y Minis de Wizards) en una evidente política de exprimir la gallina de los huevos de oro y el bolsillo del aficionado, se comprende que los dungeoneros de toda la vida renegasen de su juego y optaran por quedarse en 3.5, sucumbir a los encantos de Pathfinder o, los más osados, apostar por su propio retroclón.
Ahora, 3 años después de la publicación de D&D 4ª, algún lumbreras yankee se da cuenta de lo que todos imaginábamos. El juego, en su última versión, no vende. Y no vende porque no gusta. Alguien metió la pata y permitió apostar por un estilo de juego que abandonó a los roleros a su suerte y trataba de atraer a los jugadores de MMORPG y de juegos tácticos de figuritas, cuando es evidente que es muy difícil que un adolescente enganchado a la inmediatez y planicie mental de los juegos online pueda llegar a subirse al tren del Rol clásico de mesa. Y lo mismo ocurre con los juegos de figuritas estilo Warhammer; que son un pozo sin fondo en el que volcar un fortuna pero que carecen de la profundidad del Rol, simplemente porque constituyen otra forma de ocio. Pero claro, en Wizards se les puso el símbolo del dólar en los ojos y pensaron que ese era el camino. El camino al descalabro, tal como han ido las cosas.
¿Y la 5ª edición de D&D? Pues de entrada es una buena noticia que hayan resucitado al denostado Monte Cook, un diseñador y escritor que trabajó para Iron Crown Enterprises (Rolemaster), TSR (D&D) y Wizards of the Coast (D&D 3ª). Y aunque su salida de la empresa en 2001 tiene un particular juego de luces y sombras, parece que las malas ventas y las críticas atroces a D&D 4ª han provocado su fichaje a finales de 2011 para encargarse del nuevo proyecto.
Además, ese talante que parecen querer demostrar, implicando a los aficionados en el diseño de lo que deberá ser D&D 5ª es todo un soplo de aire fresco que probablemente reconciliará a los roleros dungeoneros de toda la vida con su juego. Y ya de paso, recuperará mercado potencial de compradores.
Así, todo parece indicar que se está creando un horizonte de esperanza y entendimiento que pretende enarbolar al decano de los juegos de Rol al lugar que merece. Pero.... conociendo el estilo editorial de Wizards y la tradición de D&D, es inevitable que no me asalte un cierto desconsuelo y cabreo contenido.
En primer lugar porque desde que Wizards controla D&D, las ediciones publicadas han sufrido revisiones y cambios exageradamente precipitados. D&D 3ª se publicó en 2000 y D&D 3.5 en 2003. D&D 4ª se publicó en 2008 y se anuncia la 5ª edición en enero de 2012. ¿Alguien (me refiero a señor ejecutivo con corbata y escasos escrúpulos) se ha parado a pensar que reediciones cada 3-4 años de la tonelada de material de D&D es un abuso al bolsillo del aficionado?
En segundo lugar, la habitual política y estilo de publicación de D&D se fundamenta en la táctica del cuentagotas y en exprimir el limón hasta que no quede ni la cáscara: Libro del Dungeon Master, Libro del Jugador, Manual de Monstruos, Manual o Guía de ambientación (la que sea, Reinos Olvidados, Dark Sun, Eberron, Dragonlance, Ravenloft,...), Manuales de profesión, etc.... Y no uno solo. ¿Para qué tener un único Manual de Monstruos si puedes publicar cinco? ¿Para qué un único Manual del Jugador si pueden ser tres? ¿Para qué unificar las razas y profesiones disponibles en un solo libro si las puedo desperdigar por múltiples publicaciones? Así que, con la 5ª edición, me veo venir la enésima reinterpretación de dudosa utilidad del bestiario de D&D, otra nueva tonelada de libros sobre Reinos Olvidados (y van ya...) y la obligada y repetitiva política de publicar libros tratando de maximizar los beneficios a costa de las maltratadas economías de los aficionados. Eh, pero eso sí, con un buen rollo envidiable y permitiendo al aficionado aportar con su granito de arena para que se sienta responsable del producto.
Por todo esto, "Dies Irae". Porque cansa, por muy buenas intenciones que se escondan detrás (y no, no son buenas, porque es un negocio y aquí nadie es tan ingenuo). Porque Wizards peca de conducta usurera. Porque saturar el mercado destroza el bolsillo del aficionado, y como ejemplos de ello no solo está D&D; podemos rememorar el diluvio de publicaciones con las que White Wolf saturó el mercado y como La Factoría pasó de seguir ese modelo en nuestro país hasta límites abusivos a dejar al aficionado en la estacada y a dos velas. Porque el 90% de suplementos asociados a una línea de juego acaban siendo papel mojado de dudosa utilidad pagado a precio de oro. Porque ni siquiera los PDFs ofrecen un mínimo de atractivo al mantener precios abusivos siendo, como son, productos digitales con bajos costes de producción. Porque al final, uno se da cuenta de que se les ve el plumero; y un mercado tan limitado como el del Rol no va a convertirse en el motor económico de un país.
Como rolero y consumidor de productos editoriales de esa temática....
-No quiero que me engañen con reintrepretaciones y reediciones periódicas que únicamente sirven para sangrarme el bolsillo. Más de lo mismo con lavado de cara no es mejor. Es un robo.
-No quiero suplementos y ayudas de juego que ni suplementan ni ayudan porque en el fondo no sirven para nada más que para criar polvo en la estantería.
-No quiero que me traten como a un idiota consumista de electroencefalograma plano tratando de venderme las excelencias de juegos de Rol que rescatan mecánicas simplonas de videojuegos o de juegos de mesa lanzadados. Un juego de Rol es un libro. Y para entenderlo, es necesario saber leer. Algo que las nuevas generaciones de adolescentes pegados a consolas y ordenadores en ocasiones olvidan.
-No quiero juegos de Rol en PDF con precios abusivos porque no dejan de ser carnaza digital y no cuestan lo que se pide por ellos. Y más de 10 euros por un archivo digital es un robo perpretado por un bandolero. ¿O es que nadie piensa que el PDF requiere ir cargando con un portátil o un tablet para poder consultarlo? Y esos cacharros no resultan particularmente baratos. Además, un libro de verdad siempre será un libro de verdad.
-Reclamo sentido común a creadores y editores. El Rol difícilmente hará inmensamente rico a nadie. Tiene más de mecenazgo que de negocio, y si no se comprende que el mercado del Rol es limitado (más en España que en los EEUU, por supuesto), las políticas de ventas abusivas se estrellarán una y otra vez con un muro inquebrantable.
-Reclamo más diálogo y feedback entre editoriales, creadores y afición. Hay una cosa llamada Foros que de la mano del bendito internet suele facilitar el intercambio de opiniones e ideas. Ni los autores son avatares de un Dios sentados en un trono, ni los clientes tienen siempre la razón por el mero hecho de soltar su dinero. Justamente el Rol, por su idiosincrasia, se beneficia muchísimo del contacto entre creador y comprador. Y si alguien lo duda, ¿qué tal les va a los chicos de La Marca del Este?.
-Reclamo a mi grupo de juego que me hagan partidas. Que ya estoy hasta el gorro de llevar el cartelito de máster eterno. Cabrones. Y sí, ya sé que esto es muy mundano y dirigido a personas anónimas, pero ya que me quejo, pues aprovecho. Además, ¿cuántos de vosotros no tenéis la misma reinvindicación hacia vuestros compañeros de juego? Pues eso.
Nos leemos.
PD: Y sí. En el fondo soy un mierdecilla, y aguardaré con entusiasmo ese D&D 5ª edición. Sin que haya sido mi juego preferido, ni me apasione su sistema, si D&D mejora mecánicas y rescata la esencia de lo que es el Rol de fantasía medieval, valdrá la pena tenerlo presente.
La típica discusión dialéctica y filosófica sobre si D&D 4ª es mejor que 3.5... |
coincido con tus apreciaciones, aunque creo que picaré en sus estrategias e intentaré echarle el guante a la nueva edición
ResponderEliminarsaludos , ;)
la pifiaron con la cuarta, y ahora intentan salvar la papeleta con esta nueva edición, que llega poco después; a ver qué le dicen a los patanes que apostaron con la cuarta, y deberán comerse los marrones durante el próximo año, sabiendo que juegan con un cadáver editorial.
ResponderEliminarSigue siendo un brillante ejercicio de marketing, pues pueden filtrar novedades y sugerencias los próximos meses, permitiendo que d&d esté en la boca de todos, inflamando la web a su antojo.
Y luego está por ver el resultado de todo el asunto, pues pueden salir bien parados, o estamparse con todo el equipo. Ignoro si serán capaces de sobrevivir a un batacazo de estas dimensiones, y no debemos olvidar que los aficionados mirarán con lupa todo lo que surja.
Si no he entendido mal, podrían proyectar diferentes reglas para un mismo juego, permitiendo sesiones de rol narrativo, aplicando una serie de normas, o apostando por reglas más concretas de combate, cuando juegues una escena de lucha. Con el mismo d&d (pero pagando las correspondientes ampliaciones), puedes jugar una campaña política o sangrienta. Parece buena idea, y por el bien del mundo rolero, espero que la apliquen con sapiencia, pasando de warhammer y videoconsolas, centrándose en los roleros de siempre, de mesa y dado.